
Siempre que iba a la playa, Cristina se olvidaba del mundo y de los problemas. Para ella, en esos momentos no existía más que su cuerpo sobre la tabla y la inmensidad azul del cielo y el mar. En el vaivén de las olas no pensaba en su vida llena de compromisos, en sus innumerables obligaciones como mujer de un empresario exitoso y directora de la más reciente adquisición de su marido, el diario O Popular. Olvido y desafío, sólo eso buscaba. Y lo obtenía.
Pero la belleza pura y agreste de la playa se transformó un día en mucho más que eso, y desde entonces, al contemplarla, vería para siempre otra belleza, hecha de tonalidades increíblemente profundas y ricas. Porque es allí donde Cristina se enamora de Miguel y siente la fuerza de una pasión intensa, rebelde y audaz, un amor que transformará para siempre la trayectoria de su vida...
*Puede contener Spoilers*

Siempre ocupada con el trabajo, el único escape de Cristina es el surf.
Una tarde en la playa, Miguel y Cristina se conocen y algo empieza a formarse entre ellos. Al poco tiempo descubren que van a trabajar juntos, ella es ahora la directora de O Pupular, el diario en donde trabaja Miguel. Casi sin darse cuenta la relación va floreciendo y ahora, Cristina está decidida a divorciarse, no solo por él sino porque reconoce que no es feliz y está dispuesta a serlo.

Cristina elige no pensar en eso y acompaña a su marido a Nueva York. A la vuelta, entiende por fin qué es lo que desea para su vida y llega a Portugal con la intención de hablar con Miguel y separarse de su marido.
"Lleva tres días desaparecido", esa fue la noticia que recibió al volver al diario. Le tomó unos momentos recuperarse y ver que ella debía ir allá.
Cristina levantó la copa e hizo un brindis silencioso por el futuro. (...) Cristina ya no era la misma. (...)
Gracias, Miguel, gracias por haberme salvado de mí misma.
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