domingo, 13 de abril de 2014

Fahrenheit 451



Fahrenheit 451 ofrece la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios sino la de provocarlos, para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza...

*Puede contener Spoilers*

¡Este libro pasa, definitivamente, a ser de mis preferidos!
Había leído varias reseñas sobre Fahrenheit 451, sorprendentemente todas con buenas críticas, y finalmente la recomendación por parte de un amigo me decidió. =)
El protagonista se llama Guy Montag y es un bombero. No como los que conocemos ahora, estos en lugar de apagar incendios, los provocan. ¿Por qué? Para quemar libros. En la sociedad en la que vive Montag, pensar está prohibido, y no hay muchos que deseen hacerlo de todas formas. Las personas están sumidas en un mundo feliz y perfecto, sin preocupaciones. Incluso la guerra que se aproxima parece sólo un viaje.

Para Montag, ser bombero, quemar libros, era un placer. Le encantaba ver como se consumían las hojas y sus cenizas volaban como mariposas grisáceas.
Pero eso era antes. Antes de conocer a Clarisse.
Clarisse es una chica totalemente en ese mundo de personas siempre somnolientas. Es muy observadora y cree que Guy es diferente a los demás. Ella es quien lo "despierta" y le plantea la posibilidad de una perspectiva diferente.
Después del accidente de Clarisse, el mundo de Montag da un giro completo y comienza a cuestionárselo todo. ¿Qué hay en un libro que hace que una persona de su vida por ellos?
Guy esconde algo en su habitación. ¿Qué cosa? Libros. Con tantas ideas bullendo en su interior, tiene que hablar con alguien y decide confiar en su esposa. Pero ella no soporta un cambio en su perfecta vida, se rehúsa a escuchar a su marido y acaba siendo ella misma la que hace la llamada que lo delata frente a los demás bomberos.
Montag ve como su casa es destruída, como él mismo la incendia hasta no dejar nada. Excepto un par de ejemplares que había escondido previamente entre los arbustos del jardín, luego de la disputa con su esposa. Su plan es sencillo: lograr que esos tomos y todos los demás libros que pueda encontrar, sean reeditados y se usen para sacar a las personas de su "letargo" felizmente impuesto. Traer nuevamente los libros. Volver a empezar.

El autor de este libro es el conocido Ray Bradbury y, que yo recuerde al menos, esta es la primer obra suya que leo. La realidad que crea en esas páginas, esa sociedad de gente no pensante sumida en un absurdo mundo sin preocupaciones ni sentido, hace de esta historia una de las mejores que he leído. Por supuesto, pensar en que algo así pudiese ser una realidad para nosotros en algún momento, aterroriza y da mucho que pensar. Pero, claro, no es que estemos muy lejos de llegar a eso. Lamentablemente. Ver como tantas historias, tantos pensamientos, tantos libros, en fin, son despreciados, rechazados e incinerados. (Ha pasado muchas veces a lo largo de los años). Es observar como una buena parte de lo que somos desaparece, quizá para siempre, sin que pueda recuperarse jamás. Todo es dejado a un lado, inclusive algo tan básico y agradable como una charla o debate. Sabiendo que no es solo una persona la responsable de tanta ignorancia, sino todos y cada uno de nosotros, porque deshacernos de la libertad propia y de nuestros derechos más básicos de expresión, sólo puede lograrse cuando todos consentimos a ello.
Estas son las cosas a las que te anima y casi obliga a pensar Fahrenheit 451. 



Una pequeña curiosidad: Ray Bradbury falleció a los 91 años y su lápida lleva, a petición suya, el epitafio: "Autor de Fahrenheit 451".

Y acá algunas de mis frases preferidas de este libro ^-^

"Ya no entiendo nada de nadie -dijo Montag.Y dejó que la pastillas soporífera se disolviera en su lengua." 
"-Él no piensa nada que no deseemos que piense." 
"Usted no es como los demás. He visto a unos cuantos. Lo sé. Cuando hablo, usted me mita. Anoche, cuando dije algo sobre la luna, usted la miró. Los otros nunca harían eso. Los otros se alejarían dejándome con la palabra en la boca. O me amenazarían. Nadie tiene tiempo ya para nadie." (Clarisse) 
"-Tú no estabas allí, tú no la viste -insistió él-. Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada." (Montag) 
"A menudo me pregunto si Dios reocnocería a Su propio Hijo tal como lo hemos disfrazado." 
"-Dios mío, ¿cómo ha podido ocurrir esto? -prosiguió Montag-. Hace pocas noches, todo iba estupendamente. Y, de repente, estoy a punto de ahogarme. ¿Cuántas veces puede hundirse un hombre y seguir vivo? No puedo respirar." 
"-Bueno -dijo ella por fin-, tengo diecisiete años y estoy loca. Mi tío siempre dice que ambas cosas van siempre juntas. Cuando la gente te pregunta la edad, dice, contesta siempre: diecisiete años y loca. ¿Verdad que es muy agradable pasear a esta hora de la noche?" (Clarisse)

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