La impura

Chantal es una mujer hermosa y enigmática a quien todo parece sonreír. Un día se percata de unas pequeñas manchitas en su piel. Le aparecen por todo el cuerpo. Tras la visita al médico, toda su vida cambia radicalmente. Cambia de vida, marcha a vivir a la Isla de Makogaï donde sólo habitan médicos y enfermos, monjas y misioneros. Pero lo peor de todos son los enfermos, verdaderos muertos vivientes.

La idea de quedarse en París y vivir con su enfermedad la resulta terrible, así que en su nueva vida en Makogaï se dedica a meditar y se enfrenta a tifones y un violento motín.

*Puede contener Spoilers*

Chantal es una modelo de una belleza inigualable. Tras descubrir unas manchas rosadas en su cuerpo visita al médico y descubre que ha contraído una terrible enfermedad: la lepra. Con un rasguño, su gato siamés la ha contagiado. Ahora deberá huir y buscar refugio en las islas Fiji, en Makogaï, e iniciar el tratamiento que, de llegar a tiempo, podría salvarla de tan horroroso destino. Abandonando en Francia su lujosa vida y con ella a su pequeño hijo, se embarca en el Empress of Australia y comienza su travesía. A bordo del barco conoce al único hombre que amará Robert.
Una vez en Makogaï, es bien recibida por sor Marie-Ange, quien no será tan solo su amiga sino también, más adelante, su ejemplo a seguir.
La vida en la isla de leprosos es monótona. Ha hecho amistad con el doctor Fred y el doctor Watson, con el padre Rivain y el reverendo David, y también con el gran tenor de Sidney, Tulio, y el llamado "rey de los leprosos", Will.
Su amistad con Fred, novio de Agathe, la hija del reverendo, será el detonante para el gran motín que habrá lugar en Makogaï.
Cuando Agathe descubre que su novio va a leerle cada noche a Chantal, se enfurece de sobremanera y tienta a un leproso enamorado de la francesa para que irrumpa en su casa y abuse de la joven. Cuando el doctor Fred se entera de esto, por boca de la propia Agathe, corre a socorrer a su amiga. En defensa de ambos, el doctor acaba con el atacante. Para los demás pacientes de la isla este es el motivo perfecto para comenzar un motín.
En este violento amotinamiento, la voz de Tulio y la sabiduría de Will, son los que consiguen que Chantal siga viva y sea posible restablecer la paz en la isla. A penas comienzan a recuperarse cuando un tifón se cierne sobre las frágiles casas de madera de los fijianos y, en el océano, sobre el Sain-John, el barco que conecta Mokagaï con el resto del mundo sano.
Después de más de cuatro años de tratamiento, Chantal recibe una buena noticia, se encuentra ya sana. Sin más, decide volver a su hogar en Francia e intentar recuperar a su hijo de las manos de aquella que ha sido su madre en los largos años que duró su ausencia y, también, a buscar a Robert.
Inesperadamente, las cosas no marchan según sus planes. Su hijo ya no es suyo. Robert, luego de saber que ha sido una leprosa, no la mira como antes. Chantal a cumplido con el encargo que cada uno de sus amigos de la isla le ha hecho, pero falta el de Marie-Ange, debe visitar a sus padres para tranquilizarles y darles noticias nuevas sobre la hermanita.
Junto a los padres de sor Marie-Ange, y tras enterarse del repentino fallecimiento de esta tras un mes de su estadía en el castillo de los padres, Chantal encuentra el camino que debe seguir al fin para su vida.